Ciencia y publicidad: una relación conflictiva.

Un hecho, Los científicos necesitamos recursos financieros para desarrollar y promover nuestras investigaciones. Pero, ¿contar con patrocinadores y mecenas hacen que se desacredite nuestro trabajo? Revisemos si existen medios no éticos para promover a la cultura, especialmente a la científica.

Primero hablemos de los antecedentes. La historia nos demuestra que la actividad científica siempre ha sido un área onerosa. La pueden desarrollar pueblos con cierto nivel de satisfacción básica (comida, ropa, abrigo, etc.). Las personas que la ejercen necesitan varios años de educación formal, el dinero que se invierte en la educación formativa de un científico es elevado: más de 15 años de estudios, uso de laboratorios, instalaciones, etc. Por ejemplo, en la civilización griega, solamente los hombres de posición acomoda se podían dar el lujo de filosofar, investigar; el resto trabajaba en actividades de satisfacción básica (cosechar, tejer, etc.). Hoy en día, el presupuesto anual de un laboratorio de punta requiere de una inversión de mayor de 100,000 euros (gastos de equipo, reparaciones, sensores, libros, artículos, congresos, etc.). El desarrollo científico puede desembocar en un beneficio cultural y económico para los pueblos que invierten en ella. Pero, para hacer ciencia se debe invertir significativas sumas de dinero, recursos.

¿Cómo se obtienen los dineros para la ciencia?


Enlistemos algunas fuentes económicas y damos un comentario ético sobre tal fuente.

Los mecenas. Históricamente son poderosos patronos, personas que por su voluntad y sin permanecer anónimos donan dinero a los científicos. Pero no creas en el cuento romántica de un rey que busca ser sabio y por ello se rodea de muchos intelectuales. Los científicos daban brillo a las cortes, glamur y blof, era el precio que pagaban los investigadores por un patrocinio. El mecenas solicitaba a los investigadores que les resolvieran un problema técnico. Por ejemplo, Leonardo DaVinci fue patrocinado por varios déspotas, quienes le pedían al genio que les hiciera espectáculos, máquinas de guerra o el retrato de una amante. También, recuerdo el caso de Kepler, quien tenía que hacer el horóscopo (carta astral) de sus patrocinadores. Entre los mecenas famosos de la historia encontramos: Catalina la grande, el mismo Mecenas, entre otros.

Gobierno. El gobierno busca satisfacer las necesidades culturales y también tecnológicas de sus pueblos. Por ello invierte dinero, para mejorar las condiciones de vida de sus gobernados. Este tipo de investigación se basa en los planes del régimen. Por ejemplo, para la Unión Soviética de Stalin y su contraparte americana era prioritario hacer investigación de primer nivel sobre temas de aeronáutica (programa de carrera espacial), radiactividad (programa de bombas atómicas). Rucuerda, En este espacio hicimos una encuesta sobre el mejor régimen para hacer ciencia (pudes participar todavia), lo cierto es que se necesita una política pública clara sobre lo que se desea obtener, cuando se carece de esta guía las investigaciones están desorganizadas y pueden ser pobres sus resultados. Son poco convenientes para el gobierno.

Empresas de desarrollo tecnológico. La ciencia termina siendo un negocio muy rentable, puede hacer que una empresa gane el mercado y domine por mucho tiempo un nicho. Por ello, las empresas como Apple, las grandes farmacéuticas invierten ingentas cantidades de dinero para que en un mediano y largo plazo se obtenga una ganancia significativa. Muchas de estas investigaciones buscan un resultado tangible, no concimiento, no cultura, no descubrir las bases de la naturaleza. Es una empresa de investigación muy utilitaria, pero es moral, ética, justa. La comercialización puede ser amoral, no ética, injusta; pero no es la investigación. Esta dicotomía puede llevar a divulgar resultados falsos (cuidado, también los gobiernos en pugna lo hacen). La mejor forma de reconocer a estos falsarios es analizando sus resultados en base a su pruebas y conclusiones.

Empresas que buscan lucirse. Otras empresas no buscan hacer investigación, pero les ayuda a lucirse. Por ejemplo, contar con comercial con cámara super-rápida de una bebida refrescante; las frescas gotas chapotean lentamente en la superficie, se forman las gotas y colisionan con otras; un disfrute a los sentidos: arte, publicidad, ciencia en un comercial. Acura, la marca de autos, tiene varios comerciales donde en detalle se ven colisiones, como de una bala atravesando una botella, su premisa es la precisión. Otro ejemplo, Google, promociona muchos eventos de conferencias de especialistas e investigadores de alto nivel, las conferencias son espectaculares y muy informativas. Las empresas que buscan brillo aportan dinero para parecer socialmente responsables, muchas veces les funciona, pero están interesados usar un producto terminado, no en desarrollarlo.

Los donativos anónimos. Esto donativos pueden ser hechos por personas que creen que la ciencia mejora nuestras vidas, son personas con mucha responsabilidad; sin embargo los fondos los suelen manejar el gobierno, o una empresa lo que nos lleva a los casos anteriores. La fundación Nobel, otorga un dinero gordo a los científicos, pero más que una inversión es un reconocimiento

De este modo, estas fuentes de dinero no son por sí mismas nocivas para la ciencia. Entonteces donde está el problema que te patrocine una u otra. El problema es la actitud particular de cada una de ella en busca de un fin.
Pues dar una conferencia patrocinada por una empresa, pero hacer un comercial de una marca es trabajo de un actor, no de un científico. La actitud de vender es el problema

Puedes trabajar para el gobierno, pero falsear los datos para ajustar el presupuesto es amoral.

Puedes tener un mecenas, pero no por su dinero merece estar en el artículo científico, el mecenas no tiene merito de investigador (caso comun entre los estudiantes).
Puedes dar un servicio con tu conocimiento y técnica, pero no hay que confundir la promoción con la verdad. Por ejemplo un reportero se muestra junto a un laser de alta potencia, y dice que arriesga su vida por estar cerca del haz de luz (ignorante o engañador, ambas cosas son igual de malas para la ciencia).

Otro caso extremo es que te patrocine el narcotráfico en tus investigaciones para hacer drogas bajo diseño o lavar dinero, pero también es tan poco ético como hacer armas que se usaran contra la población. La problema es este, como científico hacemos una herramienta: un martillo, el objeto no es bueno ni malo, depende como se use; el martillo puede emplearse para construir una casa, o romper un cráneo. Aquí creo que la labor del científico no es cuestionable. Sin embargo, si te piden hacer una bomba atómica, dudo que se llegue a emplear para hacer un condominio. Seamos realistas.

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